martes, 27 de enero de 2015

Dieta alcalina


El término dieta alcalina (mejor conocida como dieta alcalina de la desintoxicación) se refiere a un grupo de dietas para bajar de peso basadas en la idea de que ciertos alimentos afectan la acidez de los fluidos corporales, como la orina o sangre, y que pueden ser utilizados para tratar o prevenir enfermedades. La acidez se mide mediante los niveles de pH en el cuerpo. La relación homeostática ácido- base, es decir la regulación del estatus ácido-base en el cuerpo, ha sido estudiado por décadas, aunque la medicina se ha enfocado más en cambiar la acidez de la orina[cita requerida]. Tradicionalmente, esta dieta está centrada en evitar el consumo de carne roja, carne blanca, queso y granos de forma que la orina sea más alcalina (con un pH más elevado), cambiar el ambiente de la orina previene infecciones urinarias y cálculos renales (nefrolitiasis). Sin embargo, por las dificultades para predecir los efectos de esta dieta, en medicina se prefiere utilizar más como un método para cambiar el pH de la orina que como una dieta para reducir peso. La hipótesis de las “cenizas ácidas” había sido considerada un factor de riesgo para presentar osteoporosis, aunque evidencia nueva no avala esta hipótesis. El término dieta alcalina es utilizado también por practicantes de la medicina alternativa, quienes utilizan la dieta con el propósito de prevenir cáncer, enfermedades cardíacas, mejorar los bajos niveles de energía, entre otras enfermedades. Pero estas declaraciones no son apoyadas por evidencias médicas creando así suposiciones acerca de la función de las dietas alcalinas contrariando los conocimientos de la fisiología humana.

Historia
El rol de la dieta y su influencia en la acidez de la orina han sido estudiadas por décadas, al igual que los los fisiólogos han estudiado el rol de los riñones en los mecanismos de regulación del cuerpo para controlar la acidez de los fluidos corporales. El biólogo francés del siglo XIX Claude Bernard estableció la observación clásica de este evento cuando encontró que cambiando la dieta de conejos (que se basaba principalmente en el consumo de plantas) a carnívora (incluir carne en el consumo) la orina cambió de más alcalina a más ácida. Basadas en estas observaciones, investigaciones posteriores se enfocaron en las propiedades químicas y acidez de componentes de los restos de comida que se quemaron en un calorímetro, descritos como cenizas. La “hipótesis de la dieta de las cenizas” propuso que estas comidas al momento de metabolizarse dejan residuos: “ceniza ácida” o “ceniza alcalina”.

Los nutriólogos comenzaron a refinar esta hipótesis a principios del siglo XX, haciendo énfasis en el rol de las partículas con carga negativa (aniones) y las partículas con carga positiva (cationes) en la comida. Se estableció que las dietas altas en ácido clorhídrico, fosfato y sulfuro (todos aniones) forman ácidos, mientras que las dietas altas en potasio, calcio y magnesio (todos cationes) forman alcanos. Otros investigadores mostraron que comidas específicas como arándanos, pasas y ciruelas tenían efectos inusuales en el pH de la orina. Mientras estas comidas proporcionaban cenizas alcalinas en el laboratorio, también contenían un ácido orgánico débil, ácido hipúrico, que ocasionaba que la orina fuera más ácida.

Aspectos médicos
Composición de la dieta: De acuerdo con la teoría tradicional que antecede a esta dieta, la ceniza ácida es producida por la carne (vacuna), pollo, queso, pescado, huevos y granos[cita requerida]. A su vez, la ceniza alcalina se origina por frutas y vegetales excepto arándanos, pasas y ciruelas. Desde que la designación de la ceniza como ácida o alcalina se basa en los residuos de la combustión en lugar de la acidez de las comidas, alimentos como las frutas cítricas, que en general son consideradas como ácidas, también se clasifican como productoras de alcalinos en esta dieta.

Usos históricos
Históricamente, la aplicación médica de esta dieta se ha enfocado en prevenir la recurrencia de piedras (cálculos, litiasis) en el riñón así como la prevención de infecciones urinarias, basándose en su habilidad para alterar el pH de la orina.2 A su vez esta dieta era aplicada cuando se buscaba reducir los riesgos de sufrir una infección en vías urinarias. De cualquier manera, los métodos analíticos que intentaban predecir los efectos de los alimentos en el pH de la orina fueron precisos sólo en términos muy generales, lo que dificultó el uso efectivo de esta dieta. Por lo tanto, los medicamentos que de manera más confiable alteraban el pH de la orina, en lugar de modificar la dieta, han sido el tratamiento más recurrente cuando se quiere alterar el pH de la orina.

Aunque han surgido recientes mejoras para reconocer las diferentes variables que pueden afectar la excreción ácida de la orina, el nivel necesario para predecir el pH urinario basado en una dieta sigue siendo desalentador. Cálculos precisos requieren conocimiento detallado de los componentes nutricionales de cada alimento así como de la cantidad de nutrientes absorbidos que varían sustancialmente de un individuo a otro, lo que ocasiona que las estimaciones efectivas del pH no sean factibles.

Hipótesis actuales
Recientemente, se ha pensado que dietas altas en “cenizas ácidas” (productos del ácido) ocasionarán que el cuerpo trate de contrarrestar cualquier carga de ácido adicional en el cuerpo mediante la reabsorción de huesos, ocasionando huesos débiles y aumentando el riesgo de padecer osteoporosis.3

Por el contrario, dietas altas en “cenizas alcalinas” (productos de alcanos) teóricamente pueden disminuir el riesgo de osteoporosis. Esta teoría se ha desarrollado en una declaración de la American Dietetic Association en una publicación del U.S. National Academy of Sciences así como otras publicaciones científicas que establecen que alimentos altos en potasio y magnesio como frutas y verduras pueden disminuir el riesgo de padecer osteoporosis a través de un incremento en la producción de cenizas alcalinas[cita requerida].Sin embargo, la aceptación de la hipótesis de las cenizas ácidas como factor modificante del riesgo de osteoporosis de esta publicación fue hecha sin la evaluación previa de un sistema analítico de alta calidad.

Evaluaciones sistemáticas recientes han sido publicadas analizando metodológicamente el peso de la evidencia científica y no se han encontrado (una evidencia) (elementos, datos) significativa(os) que respalde(n) la hipótesis de las cenizas ácidas en relación con la prevención de osteoporosis.

Otros estudios sobre el efecto del consumo diario de fosforo contradice los resultados esperados por la hipótesis de cenizas ácidas con respecto al calcio en la orina y el metabolismo óseo[cita requerida]. Este resultado sugiere que el uso de la dieta para prevenir la pérdida de calcio en los huesos no está justificado. Otros análisis que han investigado el efecto del consumo total de ácido en la dieta tampoco han encontrado evidencia de que el consumo de ácido incremente el riego de padecer osteoporosis como lo estipula la hipótesis de las cenizas ácidas[cita requerida].

Una revisión de los efectos de los alimentos de consumo diario, que según dicha hipótesis incrementan la carga ácida del cuerpo a través de componentes proteicos y fosfóricos, no encontró evidencia de que el consumo de éstos cause acidosis o incremente el riesgo de padecer osteoporosis. También se ha especulado que esta dieta puede tener un efecto en el desgaste de músculos, el metabolismo de la hormona de crecimiento o el dolor de espalda; sin embargo no hay evidencias para confirmar esta hipótesis.

Mecanismos, bases y evidencias
Apoyada por la medicina alternativa la dieta alcalina propone que el pH de la sangre debe ser ligeramente alcalino y que el objetivo de dicha dieta es producir un ambiente alcalino en lo (mayor) posible. También se cree que una dieta rica en ácidos hace que el cuerpo sea más ácido, lo que puede ocasionar enfermedades. Este mecanismo en el que la dieta puede cambiar la acidez de la sangre va en contra de “todo aquello que conocemos en química acerca del cuerpo humano”, por lo que es considerado como un “mito” por el American Institute for Cancer Research. Diferente al pH de la orina, una selectiva dieta alcalina no provocaría un cambio sustancial en el pH de la sangre, o no haría cambios que tuvieran beneficios clínicos como (afirman) quienes la proponen (afirman). Esto es porque el mecanismo de regulación natural del cuerpo no requiere una dieta especial para trabajar; llevar una dieta alcalina podrá, a lo mucho (sumo), cambiar de forma mínima y pasajera el pH de la sangre.

Una propuesta similar para apoyar la dieta afirma que el cáncer crece en medios ácidos, y que una dieta alcalina adecuada puede cambiar el ambiente ácido y tratar el cáncer. Esta propuesta ignora que el tejido canceroso que crece en un ambiente ácido, es el mismo tejido que da la acidez del ambiente. Es decir que el rápido crecimiento de las células cancerígenas crea un ambiente ácido y no que el ambiente ácido cree(a) al cáncer. La propuesta tampoco toma en cuenta que es “virtualmente imposible crear un ambiente menos ácido en el cuerpo."

Posibles desventajas
Debido a que la dieta alcalina promueve la exclusión de ciertos grupos alimenticios, puede ocasionar una dieta poco balanceada que resulte en deficiencia de nutrientes como ácidos grasos, fitonutrientes, así como proteínas y calcio, aunque hoy en día conocemos muchos alimentos vegetales que los contienen,haciendo mas fácil controlarlos y seguir la dieta. Se ha recomendado que los pacientes con antecedentes de desórdenes en tejidos u otras condiciones médicas, que requieran monitoreo físico frecuente como diabetes mellitus severa, no utilicen esta dieta sin supervisión médica porque corren el riesgo de tener una concentración baja de azúcar en sangre (hipoglucemia) con este tipo de dieta. Pueden existir desmayos.


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