domingo, 25 de enero de 2015

Formas de luchar contra el estrés laboral

El estrés (del griego stringere, que significa «apretar») es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son algunos notables como el nerviosismo (Temblar) o estar inquieto. Otros no son tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas dilatadas, la sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos de la piel (Como brazos o piernas). La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones neuroendocrinas estrechamente mezcladas que ponen en juego el hipotálamo (centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y suprarrenales (centro de reactividad).

Esta reacción que es la respuesta normal a un agente específico se produce en todo individuo sometido a una agresión. El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.

Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (incipientes problemas de memoria), alteraciones en el ánimo, nerviosismo y falta de concentración, en las mujeres puede producir cambios hormonales importantes como dolores en abdominales inferiores, entre otros síntomas.

El estrés crónico está relacionado con los trastornos de ansiedad, que es una reacción normal frente a diversas situaciones de la vida, pero cuando se presenta en forma excesiva o crónica constituye una enfermedad que puede alterar la vida de las personas, siendo aconsejable en este caso consultar a un especialista. Llevar una vida de estrés tiene implicaciones variadas.

Por un lado están todas las alteraciones fisiológicas, y por otro están las complicaciones de orden emocional. El estrés es un elemento que aumenta la sensación de agravio en las relaciones sociales, familiares y laborales, al mismo tiempo en que figura como herramienta de distorsión de la realidad. Vivir bajo estrés implica, entonces, no solamente un deterioro físico, sino también psicológico y relacional.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos sufrido el estrés en el trabajo. La presión, las prisas, las responsabilidades... 


Identificar qué es lo que nos estresa



¿Qué es lo que te provoca más estrés? Según la Asociación Americana de Psicología, identificar qué situaciones son las que nos crean más estrés es esencial para poder combatirlo. Una forma idónea de hacerlo es apuntar en la agenda, nuestros pensamientos y reacciones ante las situaciones de cada día. Por ejemplo, si acabaste alzando la voz en una discusión personal o laboral. Encontrar patrones entre lo que nos estresa y lo que no, nos puede ayudar a saber cómo combatirlo o cómo reaccionar ante ellos.
 

Reaccionar de forma positiva



Muchas personas luchan contra el estrés atiborrándose de comida rápida o incluso de alcohol para conseguir un poco de paz y tranquilidad ante tanta situación de estrés. Pues bien, la Asociación Americana de Psicología recomienda combatirlo con opciones más saludables como puede ser el ejercicio, ya sea a un nivel más sosegado, como el yoga, o a un nivel más intenso como el spinning o el aerobic. Otra de las formas de luchar contra el estrés diario es sacar tiempo para hacer las cosas que más nos gustan como leer un libro, ver una película o pasar un rato jugando videojuegos.
 

Poner límites



La Asociación Americana de Psicología expone que establecer unos límites entre la vida personal y laboral es muy necesario. Las actuales tecnologías nos dan la posibilidad de estar disponibles tanto para unos como para otros las 24 horas del día y eso solo puede crearnos angustia y estrés. Ponernos unos límites como no consultar el correo del trabajo desde casa o poner el teléfono en silencio a partir de determinada hora nos ayudará a combatir el estrés motivado por el trabajo.
 

Descansar



Los efectos del estrés y el cansancio laboral no harán sino ponernos obstáculos en el desempeño de nuestro trabajo; por tanto, según la Asociación Americana de Psicología, es necesario tomarnos un tiempo para descansar. “Desconectar” del trabajo cuando nos encontramos fuera de la oficina es requisito imprescindible para que nuestro estrés no se vuelva crónico y para que rindamos mucho mejor en el trabajo. Para ello, puedes intentar técnicas de relajación como la meditación que ayudan a liberar el estrés.
 

Hablar con el jefe



No hablamos de un aumento de sueldo sino de crear un ambiente positivo de trabajo que promueva el bienestar de todos. Hablar con el jefe puede ayudarnos a controlar situaciones de estrés que obstaculizan el desempeño adecuado de tu trabajo como por ejemplo, saber qué es lo que se espera de nosotros exactamente,establecer tareas que supongan un reto o hacer cambios físicos en la zona de trabajo para reducir las tensiones y hacerlo más confortable, según explica la Asociación Americana de Psicología.
 

Conseguir apoyo externo



Abrir nuestras miras es indispensable para no sentirnos sobrepasados. Contar con el apoyo de la familia o incluso de amigos puede ayudarte a manejar el estrés diario provocado por el trabajo. La Asociación Americana de Psicología explica que si es necesario, podemos acudir al programa de prevención de riesgos laborales en el que se incluirá con seguridad un protocolo de actuación sobre el estrés laboral.



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